Historias de transformación: Inspiración para tu Viaje Energético
La calma de Sofía
Antes: Sofía tiene 32 años y llegó a su primera sesión completamente abrumada. Me contó que su mente no paraba, sentía una presión constante en el pecho y tenía ganas de llorar sin saber por qué.
Durante: En la sesión, simplemente le di el espacio para que su energía empezara a fluir. A mitad del proceso, sus lágrimas comenzaron a caer en silencio. Al terminar, me compartió que había recordado un momento de su adolescencia que había estado bloqueando. Sin buscarlo, lo liberó y sintió una ligereza que no esperaba.
Después: En las semanas siguientes, Sofía notó que su ansiedad había disminuido muchísimo. Aprendió a escuchar su cuerpo y empezó a meditar más seguido. Ahora siente que puede enfrentar la vida desde un lugar de paz y claridad.
El renacer de Valeria
Antes: Valeria, de 40 años, llegó a nuestra primera sesión sintiéndose desconectada de todo. Su vida funcionaba, pero no sentía emoción ni propósito. Aunque estaba algo escéptica, vino abierta a probar algo nuevo.
Durante: Valeria describió una sensación de calor en la espalda que luego se transformó en una ola de emoción. Al final, me dijo que sintió una conexión con una versión más libre y auténtica de sí misma que había olvidado.
Después: Después de esa sesión, Valeria empezó a hacer pequeños cambios. Volvió a pintar, algo que le apasionaba desde joven, y empezó a tomar decisiones con más confianza. Ahora dice que está reencontrándose con su esencia y vive desde un lugar mucho más alineado.
La claridad de Elena
Antes: Elena, una emprendedora de 45 años, llegó sintiéndose atascada. Su carrera iba bien, pero algo dentro de ella pedía a gritos un cambio. No sabía qué era, solo que no podía seguir igual.
Durante: Durante su sesión, Elena sintió sensaciones suaves en el abdomen y, de repente, recordó un momento de su infancia caminando feliz por la playa. Ese recuerdo la hizo darse cuenta de cuánto había descuidado su bienestar personal por enfocarse solo en el trabajo.
Después: Elena no perdió tiempo. Delegó tareas en su negocio para recuperar tiempo libre y organizó un viaje a la playa. Ahora dice que se siente más motivada, en paz y alineada, tanto en su vida personal como profesional.
